viernes, 11 de junio de 2010

Chica Ideal

Hace tiempo conocí a la chica perfecta, al menos para mí lo era. Dejenme describirla.
La conocí en un curso de inglés, la clásica historia de la chica nueva del curso que se sienta en el asiento de al lado. Recuerdo claramente que llevaba unos jeans morados con converse negras y apenas la vi entrar por la puerta me gusto, era linda con el cabello castaño claro largo y suelto.
Lo segundo que recuerdo es que ese día, por sabe dios que motivo, ella tarareaba una canción que en esa época estaba de moda, la tarareaba en voz baja, mientras escribía o pensaba y fue lo segundo que me llamó la atención de ella.
Es común que en las clases de inglés se formen parejas para practicar los ejercicios de conversación y tuve la suerte de que me tocó con ella (en realidad como muchos aspectos en la vida todo fue cuestión de ubicación, ubicación y ubicación). No recuerdo muy bien que dije; pero recuerdo que la hice reír y su risa fue la tercera cosa que me gusto de ella, su risa era fluida y usaba cantidades de Jos muy bien pronunciados (jojojojojojo, no al estilo Papa Noel claro), era una risa juguetona que invitaba a continuar la broma.
No se si alguna vez les ha pasado que conversan con alguien completamente desconocido y simplemente parece como si lo conocieras de toda la vida, es una de las cosas más fantásticas de la vida, y saben que, eso sucedió a la salida de clases con esta chica. La acompañe hasta la parada de buses y conversamos y seguimos conversando y 1 hora después de haber llegado a la parada seguíamos conversando. El tema sobre el cuál más hablamos fue sobre el suicidio (se que unos cuantos deben de haberse sorprendido sobre esto; pero años de televisión violenta y juegos de vídeo sangrientos, han hecho de mi una persona insensible y de un sentido del humor muy oscuro) y fue una de las conversaciones más graciosas e inteligentes que he tenido con una chica.
Esa fue la conversación más larga que tuvimos, por diversos motivos, nunca se presentó otra oportunidad (a veces ella tenía clases en la universidad, a veces era yo el que tenía clases y la mayoría de veces ella simplemente no iba a clases de inglés). Por lo que al final del curso ella reprobó. Una suerte que antes que reprobara ya tenía su correo electrónico.
Solo hubo un detalle que realmente odiaba de ella. Al hablar usaba este acento peculiar de niña mimada, ese acento que siempre indica que tiene más dinero del que necesita. Y aunque nunca me gustaron las personas que hablaban así, con ella no me importó.
Y aquí comienzan los problemas, por motivos que quizás cuente en otra ocasión, en esa época no tenía celular (o móvil como quieran llamarlo, según en que lado estén del ancho mar).Y por algún motivo, también desconocido para mí, esta chica me dijo que no iba a salir conmigo hasta que tuviera uno (problema número uno)
El segundo problema fue que en esa época estaba en una larga relación de amor odio con una compañera de universidad. Era mi amiga y en especial mi fuente de conocimientos (ella era la que tenía todas las notas de clase, cuadernos, libros y la verdad es que sin ella hasta ahora no me hubiera graduado). Era tan fundamental en mi educación, que me hice el propósito de nunca salir con ella y nunca lo hice. Y aunque siempre supe que le gustaba, un día sucedió lo que inevitablemente iba a suceder, mientras estudiabamos para un examen me dijo que estaba saliendo con alguien. En realidad yo ya sabía, me lo había contado un amigo; pero hasta que ella misma me lo dijo me había negado a creerlo.
Y he aquí donde aparece el segundo problema, en vez de pasar por las cinco etapas para la aceptación (negación, ira, negociación, depresión y finalmente aceptación) decidí invitar a salir a mi chica ideal. Debido al problema número uno en más de seis meses apenas y había tenido comunicación con ella y aunque mi cabeza me decía que no era buena idea invitarla a salir, la llamé y quedamos.
Aún molesto por lo de mi amiga, al día siguiente día salimos y fue un total fiasco. La cita fue simplemente mala, uno se puede recuperar de una cita pésima, porque usualmente te dan el beneficio de la duda (o sea si a cita es tan terrible, que parece que el universo tuviera un complot en contra tuyo, tienes la posibilidad de redimirte); pero si la cita simplemente es mala nadie te salva. Sobra decir que fue nuestra única cita.
Luego de eso seguimos hablando en Internet, y aunque era solo de vez en cuando, me bastaba para recordarme que ella era mi chica ideal. Siempre me hacía reír y yo siempre la hacía reír (o al menos eso creo). La invite a salir en un par de ocasiones más; pero educadamente me rechazó en todas.
Hace poco me crucé en la universidad con ella y no estoy seguro si me vio; pero ambos pasamos de largo. Iba a una cita y fue suficiente para volver a tener otra cita simplemente mala (eso sí parece un complot del universo)
Para terminar, y era bastante obvio que esta canción la iba a poner al final, esta es la canción que mi chica ideal cantaba el primer día.

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